MISUMI Componentes en automatización y robótica

Los robots han pasado a ser una parte integral de la industria actual. Es fácil olvidar hasta dónde se remonta el desarrollo de la robótica. Isaac Asimov acuñó el término ya en 1942 en su cuento “Círculo vicioso”. Poco después se construyeron los primeros robots industriales, en los años 50.  Teniendo en cuenta que los primeros experimentos documentados con máquinas tuvieron lugar en la antigüedad, la idea de dejar que estas máquinas funcionen de forma autónoma está todavía en sus inicios.

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La creciente escasez de cualificaciones lo deja claro:  los robots se están volviendo indispensables en muchos sectores. En una tendencia popular de la robótica, los científicos están siguiendo el ejemplo del mundo animal: los investigadores están reconociendo un potencial cada vez mayor en la robótica de enjambres.

De manera similar a la estructura de trabajo de las hormigas y las abejas, este tipo de robótica grupal se basa en la inteligencia de enjambre. Aquí se asignan instrucciones sencillas y claras a cada sistema individual, y este las ejecuta en colaboración con otros sistemas individuales. Solo a través de esta cooperación de muchos robots individuales se crea un rendimiento global complejo y eficiente. Lo especial de los robots de enjambres es la forma en que interactúan y se comunican entre sí y con su entorno. No existen sistemas jerárquicos que se hagan cargo o controlen las acciones y la planificación de los robots. Los robots se dividen entre ellos y deciden individualmente qué acción realizar a continuación.

Hace unos años, los robots colaborativos (cobots) y los exoesqueletos todavía eran un sueño para el futuro. Hoy en día, es difícil imaginar la industria sin tecnologías de apoyo.

En Alemania, la industria se centra en nuevas soluciones para la robótica colaborativa. La colaboración exitosa entre humanos y robots depende del intercambio de información entre estos dos actores. Un abordaje biónico pretende dotar a los cobots, por ejemplo, de la capacidad de sentir mediante robótica blanda, lo que facilitará el intercambio de información. Esto abre la posibilidad de utilizar una piel táctil especial, que permita al robot interactuar con los humanos a través del contacto. El proyecto está todavía en sus inicios. Sin embargo, en función de su éxito, podría allanar el camino para muchas áreas de aplicación adicionales para los cobots.